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Entre montañas y neblina, Riosucio es un pueblo con magia. Famoso por su carnaval y su espíritu alegre, también es un destino perfecto para planes tranquilos y escapadas románticas en Riosucio, rodeado de historia y encanto.
Durante el día, se puede recorrer el Parque de San Sebastián, visitar la Basílica Menor o disfrutar de un café artesanal en El Portal del Diablo o La Casa del Té. Por la noche, los bares del centro y las fondas cercanas al Parque de San Lorenzo ofrecen música tradicional, luces tenues y un ambiente íntimo.
Los hoteles coloniales, como Hotel Real Riosucio o Casa Campestre El Refugio, brindan comodidad, chimeneas y balcones con vista a las montañas. Riosucio tiene un encanto místico: el tipo de lugar donde el clima invita al abrazo, la charla se alarga y el tiempo se vuelve un suspiro.